Miran afuera entre los barrotes.
Hay desiertos y diferentes cielos
y noches con diferentes estrellas.
Rondan por las montañas aromáticas;
Con igual ferocidad matan y se acoplan
Y mantienen libre la voluntad
Para vagar, vivir y beber hasta saciarse;
Pero más allá de su entendimiento
Esto sé yo:
El hombre quiere un poco y morirá por mucho tiempo.
Estas especies a través del desierto moran
Donde los tulipanes florecen entre piedras,
Ignorando que sufrirán cambios
O que los buitres picotearán sus huesos.
La fuerza es eterna para ellos,
Gobiernan el terror de la noche,
Cazan el ciervo en su fuga
Y con arrogancia hieren;
Pero yo soy sabia sí ellos son fuertes:
El amor de los hombres es transitorio como es larga la muerte.
Mas ¡qué poder de engaño!
Mi entendimiento se ha transformado en esperanza,
En este instante creo
En el amor y me burlo de la muerte.
Vine de ninguna parte y seré
fuerte, inmutable, rápida eternamente.
Soy un león, una piedra, un árbol,
Y como la estrella Polar en mí
Está clavado mi constante corazón en ti.
Ah, quede yo para siempre ciega
Con leones, tigres, leopardos y sus semejantes.
Traducción de Virginia Ocampo, este poema apareció en la revista Sur en el año 1947
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