sábado, 26 de noviembre de 2011

XXIV


Enfermera Dios te puso en éste mundo
para aliviar el dolor del que sufre.


No demuestras fatiga ni cansancio
cuando estás abocada a tu noble misión.


Fuiste creada para ser bálsamo
que cura heridas.


En las noches caminas como un ángel
vestida de blanco cuidando el sueño de tus pacientes.


Ríes y sonríes aunque tu corazón llore por dentro.


Muchas veces sientes que tu tarea fue inútil
por el fracaso de un tratamiento.


Estás presente en el inicio y el fin de la vida.


Rosa, Blanca, Sandra, María, Lidia, Silvia o como te llames.


A ti abnegada enfermera están dirigidas éstas frases
tú mereces mucho más de lo que la vida te entrega,
no olvides que Dios te tiene preparado un lugar lleno de paz,
en compensación de tu noble labor

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La ciudad sin Laura

En la ciudad callada y sola mi voz despierta una 
     profunda resonancia. 
Mientras la noche va creciendo pronuncio un 
     nombre y este nombre me acompaña. 
La soledad es poderosa pero sucumbe ante mi voz 
     enamorada. 
No puede haber nada tan fuerte como una voz 
     cuando esa voz es la del alma. 
En el sonido con que suena siento el sonido de 
     una música lejana. 
Y en la energía remota que la mueve siento el calor de
     una remota llamarada. 
Porque mi voz es una chispa de aquella hoguera 
     que eterniza lo que abrasa.
Porque mi amor es una chispa de aquella hoguera
     que eterniza lo que abrasa. 
Para poblar este desierto me basta y sobra con 
     decir una palabra. 
El dulce nombre que pronuncio para poblar este 
     desierto es el de Laura.





Fragmento del poema de Francisco Luis Bernárdez