martes, 25 de septiembre de 2012

Presencia del otoño

Debí decir te amo.


Pero estaba el otoño haciendo señas,

clavándome sus puertas en el alma.



Amada, tú, recíbelo.

Vete por él, transporta tu dulzura

por su dulzura madre.

Vete por él, por él, otoño duro,

otoño suave en quien reclino mi aire.



Vete por él, amada.

No soy yo el que te ama este minuto.

Es él en mí, su invento.

Un lento asesinato de ternura.


Juan Gelman

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