jueves, 24 de septiembre de 2015

Florence

Florence Nightingale, la enfermera más famosa del mundo, dedicó a la India la mayor parte de sus noventa años de vida, aunque nunca pudo viajar a ese país que amó.
Florence era una enfermera enferma. Había contraído una enfermedad incurable en la guerra de Crimea. Pero desde su dormitorio de Londres escribió una infinidad de artículos y cartas que quisieron revelar la realidad hindú ante la opinión pública británica.

  • Sobre la indiferencia imperial ante las hambrunas: Cinco veces más muertos que en la guerra franco-prusiana. Nadie se entera. no decimos nada de la hambruna de Orissa, cuando un tercio de su población fue deliberadamente autorizada a blanquear los campos con sus huesos.
  • Sobre la propiedad rural: El tambor paga por ser golpeado. El campesino pobre paga por todo lo que hace, y por todo lo que el terrateniente no hace y hace que el campesino pobre haga en su lugar.
  • Sobre la justicia inglesa en la India: Nos dice que el campesino pobre tiene la justicia inglesa para defenderse. No es así. Ningún hombre tiene lo que no puede usar.
  • Sobre la paciencia de los pobres: Las revueltas agrarias pueden convertirse en algo normal en toda la India. No tenemos ninguna seguridad de que todos esos millones de hindúes silenciosos y pacientes seguirán por siempre viviendo en el silencio y la paciencia. Los mudos hablarán y los sordos escucharán.


Fragmento extraído del libro "Mujeres", de Eduardo Galeano

sábado, 12 de septiembre de 2015

Si tu me olvidas

QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.


Pablo Neruda.