Imposible la libertad en la irrealidad. ¿Cómo vencer mi manía de idealización? ¿Cómo cortar el cordón umbilical? ¿Y para cuando la aceptación de la adultez? ¿Cómo trascender si me vienen unas ganas irreprimibles de ser una niña muy pequeña, sin pensamientos, sin actos, una niña que llora mucho y pide amor? Una mano, unos labios, una caricia… Todo levísimo, con espuma, con alas. He aquí lo único que me interesa. Lo demás, es interés forzado. Obligación. De allí mi posibilidad de incomunicación con los otros. Ando en busca de esa mano, de esos labios… Y no es posible encontrarlos. Y aunque los encontrara nada sería posible, porque me da horrenda vergüenza sentir esto que siento mientras el espejo certifica una muchacha de veintiún años, devorada por la irrealidad.
Extraído de los diarios de Alejandra Pizarnik.
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