martes, 25 de octubre de 2016

LIV

"Yo pertenezco a ese sexo, el que debe callarse, al que todos acallan. Y que debe tomárselo todo con cortesía, una vez más, jugar a mantener un perfil bajo. A riesgo de que te borren del mapa. Los hombres saben mejor que nosotras lo que podemos decir sobre nosotras mismas. Las mujeres, si quieren sobrevivir, tienen que aprender a entender las órdenes. Que no me vengan a contar que las cosas han evolucionado tanto y que ya no es lo que era. A mi no. Lo que yo he soportado por ser mujer escritora es el doble de lo que un hombre soporta.  
Simone de Beauvoir empieza las Cartas al Castor con esta primera carta que le escribe a Sartre: '¿Querría usted ser tan amable y llevar mi ropa sucia (en el cajón inferior del armario) a la lavandería esta mañana? dejo la llave puesta en la puerta. La amo tiernamente, mi amor. Ayer usted tenía la carita tan mona al decir: -Ah, usted me ha mirado, me ha mirado. Y cuando lo pienso, se me rompe el corazón de ternura. Adiós, cariñito.' Démosle la vuelta a todo, démosle la vuelta a la ropa sucia y a la carita tan mona. Así entenderemos mejor qué sexo somos, el sexo de la ropa sucia de los otros, el de las caritas monas."


Fragmento extraído del libro "Teoría King Kong", de Virginie Despentes.

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