no cantan
los que nunca conocieron una esperanza
dicen que la esperanza no aparece
y que algo se derrumba
dicen que se desliza la vida
por la pendiente donde comienza
que está en un declive
que se desploma por naturaleza
que la vida no es vida
no escuchan las risas que empujan al amanecer
ni el canto último del ebrio extenuado
que se aleja
abandonando la noche con indecisión
saben que caer es difícil
que después de los brindis
vienen los sueños y los presagios
que es penoso tranquilizar el corazón alegre
y el abandonado
nadie se atreve a cantar
junto al endurecido silencio
sin promesas.
Francisco Urondo